Se estudia el uso del amoníaco como combustible sin carbono, pero aún quedan retos por superar
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Un reciente artículo de ECO News habla de un avance potencialmente revolucionario de científicos de la Universidad de Michigan, que han explorado las posibilidades del amoníaco como posible combustible automovilístico de emisiones cero.
Sin embargo, sigue habiendo problemas.
A diferencia del hidrógeno o la electricidad, se afirma que el amoníaco ofrece una solución energética sostenible con alta densidad energética y cero emisiones de carbono.
Según los investigadores, puede utilizarse en motores de combustión interna y otras aplicaciones, lo que lo convierte en una alternativa prometedora a los combustibles fósiles tradicionales.
Sin embargo, problemas como su inflamabilidad y los métodos de producción, que consumen mucha energía, impiden su aplicación práctica en vehículos.
Ya en 2022, el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRC) desarrolló estrategias para utilizar el amoníaco con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los motores diésel de gran potencia, logrando reducciones globales de hasta el 50% y el 60% en pruebas de laboratorio.
En dos artículos publicados en Combustible Journal of ta Ciencia y Tecnología del Combustible y la Energía en abril y mayo de 2022, el equipo del NRC investigó el rendimiento de un motor diésel de gran potencia que funcionaba con una mezcla de combustible amoniaco-diésel.
Según un artículo de NRC, publicado en noviembre de 2023, el amoníaco se encuentra entre los 10 productos químicos industriales más producidos.
El artículo de la NRC destaca el hecho de que, como gas a temperatura y presión ambiente, el amoníaco presenta notables ventajas sobre el hidrógeno en términos de almacenamiento y transporte. El amoníaco puede comprimirse y licuarse a presiones relativamente bajas, lo que simplifica mucho su manipulación. Además, su densidad energética es casi el doble que la del hidrógeno, lo que aumenta su atractivo como posible solución energética limpia.
Riesgos para la seguridad, toxicidad y potencial de efecto invernadero
Apesar de su promesa como combustible libre de carbono, el amoníaco también se ha enfrentado a importantes retos de ingeniería para lograr una eficiencia similar a la del gasóleo. Sus propiedades corrosivas y tóxicas, incluso a bajas concentraciones, plantean riesgos de seguridad.
Cuando se quema, el amoníaco produce subproductos nocivos como óxidos de nitrógeno (NOx), que contribuyen a la lluvia ácida, y óxido nitroso (N2O), un potente gas de efecto invernadero.
Además, su lenta velocidad de propagación de la llama y su estrecho rango de inflamabilidad hacen que una cantidad considerable de amoníaco pueda quedar sin quemar en los motores, reduciendo su eficiencia.
El amoníaco también es corrosivo para muchos metales.
Crédito de la foto:
Botella de amoníaco líquido. Licencia Wikipedia Commons .
Foto de Nadina Wiórkiewicz pl.wiki: Nadine90 commons: Nadine90